Estimados lectores,
Existen vehículos que han pasado a la historia por sus grandes éxitos, por las innovaciones que han introducido o por los pilotos que los han conducido. Otros en cambio se han convertido en auténticos íconos por lo que han representado: una historia única, un punto de inflexión, un fenómeno social, un evento que ha ido más allá de las tribunas de un circuito y ha marcado una época.
Este es el caso del Maserati “Eldorado”, famoso por haber sido en el año 1958 el primer monoplaza en Europa en ser patrocinado por una marca no vinculada al mundo del automovilismo: Helados Eldorado. El primer ejemplo de patrocinio moderno, donde el vehículo tomó los colores de la empresa partner abandonando los colores tradicionales que la Federación Internacional asignaba a cada país. Aquello significó una auténtica revolución, de vital importancia para el futuro del deporte a motor, ya que abrió la puerta a nuevos financiadores.
El vehículo fue encomendado a Maserati por Gino Zanetti, propietario de la industria de helados Eldorado. Zanetti quería promocionar la marca a nivel internacional y se dirigió a la Casa del Tridente para construir un monoplaza con el cual competir en Monza en el “Trofeo dei Due Mondi”: el Automóvil Club de Italia había organizado en el circuito lombardo unas 500 Millas como las de Indianápolis, con la participación de los mejores pilotos americanos y europeos.
La Maserati 420/M/58, chasis #4203, fue decorado integralmente en tono blanco nata con detalles en rojo. Dos logos negros con la palabra Eldorado en grandes dimensiones estaban situados a ambos lados del habitáculo, mientras que otros dos más pequeños estaban colocados en la parte delantera, y bajo el pequeño deflector que servía como parabrisas. El logo con la cara del cowboy sonriente estaba colocado en el centro del morro y a los lados de la aleta trasera. Bajo las dos marcas laterales Eldorado, figuraba en rojo la palabra Italia para remarcar tanto la nacionalidad del patrocinador como el del constructor del bólido de carreras. Sobre la larga silueta de “Eldorado”, encontraba también espacio el nombre del piloto: Stirling Moss, uno de los más grandes campeones en la historia del automovilismo, en aquel entonces piloto oficial de Maserati.
El año anterior, en 1957, la casa de Módena había ganado el Campeonato del Mundo de F1 con Juan Manuel Fangio, tras lo cual decidió retirarse de la competición y sólo fabricar autos de carreras bajo pedido de clientes privados, dando su asistencia. De esta manera se daban las condiciones ideales que estaba buscando el empresario italiano y fue precisamente el motivo por el cual Zanetti se dirigió a Maserati.
En pocos meses el ingeniero Giulio Alfieri dio vida al “Eldorado”. El motor, derivado del ocho cilindros que llevaban los 450S bi-árbol, tenía una cilindrada reducida a 4.190 cc capaz de ofrecer una potencia de 410 CV a 8.000 revoluciones; este propulsor estaba montado desplazado en nueve centímetros a la izquierda del eje longitudinal, así como la transmisión. Esto se había hecho así para garantizar una distribución de pesos adecuada, teniendo en cuenta el sentido de la marcha anti horaria en las curvas peraltadas de Monza.
La caja tenía sólo dos relaciones, mientras que el puente posterior era tipo De Dion. El bastidor tubular derivaba del tantas veces victorioso 250F, si bien estaba redimensionado por los numerosos refuerzos introducidos para permitir al bólido resistir a las exigencias del pavimento del trazado de Monza.
Para reducir pesos se introdujeron discos de frenos en magnesio Halibrand y neumáticos Firestone de 18 pulgadas con bandas de rodadura trenzadas e inflados con gas helio. Con estas adaptaciones, el vehículo llegaba a los 758 kg. La carrocería de aluminio, hecha a mano por Fantuzzi, se caracterizaba por una aleta aerodinámica vertical detrás del habitáculo y una salida de aire frontal para los carburadores.
El 29 de junio de 1958 tuvieron lugar en el autódromo de Monza las tres mangas que determinaban la clasificación final. Esta decisión se tomó así para animar a los constructores europeos a presentar sus propios vehículos, los cuales inicialmente no habían sido diseñados para disputar una competición tan prolongada y comprometedora para la mecánica. En la primera manga, Moss llegó 4°. En la segunda serie fue 5°. En la última, en cambio, rompió la columna de la dirección y su Maserati terminó la carrera contra el guard-rail, echando por tierra las esperanzas del piloto inglés de finalizar en el tercer puesto absoluto. En base a los resultados de las tres mangas y el número total de vueltas realizadas, Moss finalizó en séptima posición. Salió indemne del accidente y tampoco “Eldorado” sufrió grandes daños, demostrando una gran solidez estructural.
A pesar del éxito en términos de público y espectáculo, las 500 Millas de Monza no continuaron en los siguientes años. El “Eldorado” fue modificado por el carrocero Gentilini quitando la aleta trasera y reduciendo la salida de aire para poder ser inscrita en las 500 Millas de Indianápolis en el año 1959.
En esta ocasión fue repintada en rojo, color de Italia en las competiciones, pero manteniendo el patrocinador Eldorado por medio de dos textos escritos en blanco en los laterales, además del logo del cowboy en un marco blanco en la nariz y la cola. La poca experiencia del “gentleman driver” Ralph Liguori no permitió su clasificación, al establecer el 36° tiempo sobre los primeros 33 del límite de la parrilla de salida. Con un profesional al volante el resultado hubiera sido otro. Pero esto es otra historia.
Los antecedentes más recordados de Maserati en Indy fueron los de las ediciones 1939 y el 1940 con el piloto Wilbur Shaw ganando al mando de un 8CTF. Shaw no consiguió por poco el triplete en el 1941 al tenerse que retirar por una rotura de la rueda en la última vuelta, cuando se encontraba en cabeza. La empresa del Tridente es la única casa italiana en ganar sobre el óvalo de Indiana y la única marca europea en haber ganado durante dos ediciones consecutivas.
El Maserati “Eldorado”, perfectamente restaurado, se encuentra en la actualidad en Módena, y pertenece a la Colección Panini.
Prensa Maserati
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