Estimados lectores,
El último fin de semana de junio tuvo lugar un evento prácticamente desconocido para nuestro país aunque muy popular en Italia: la Vernasca Silver Flag. Este año se ha celebrado la 24 edición de tan fantástico evento y hasta allí nos hemos acercado gracias a nuestro colaborador Pablo Rivas.
Tres días dedicados a la pasión de los motores antiguos, que atrae a entusiastas y coleccionistas de todo el mundo a las colinas y carreteras de Val d'Arda para conmemorar la carrera en cuesta (hillclimb) que se celebró desde principios de la década de 1950 a principios de la década de 1970. Ahora el evento es una importante pasarela de viejas glorias, que han hecho historia en el deporte del motor. Se registraron más de 200 binomios para esta edición, provenientes de al menos diez naciones y también de Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda, que dejaron garajes y museos para converger en Castell'Arquato y de allí a las curvas de Vernasca, cerca de la impresionante Piacenza.
Es una oportunidad para ver coches únicos, míticos y hablar con sus propietarios y pilotos. Este año, además, se celebró el 120 cumpleaños de Fiat y el 70 de Amarth y FCA Heritage acudió con ejemplares únicos a esta edición.
El Premio Best of Show, categoría postguerra, fue para el Fiat 8V Zagato Aldo Gadioli. Entre los autos preguerra, el premio fue a parar al Nazzaro Type 3 de David Biggins. Sin embargo, el cronógrafo Tag Heuer también fue un premio codiciado, otorgado al modelo más representativo de las carreras hilclimb: este año, el prototipo de 8 cilindros Abarth SE013 de Carlo Lusser se lo llevó. Arturio Merzario también lo pilotó. No menos significativos fueron los trofeos ASI, entregados directamente por el presidente Alberto Scuro al Zagato Alfa Romeo (auto mejor conservado) de 1750 por Emilio Comelli y al Osca 187 S de Francesco Adamoli para la mejor restauración.
Un fin de semana inolvidable en un lugar incomparable.
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Redacción
Fotografías: Arq. Pablo Rivas
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