Estimados lectores,
Arrancamos 2022 con todas las ganas e ilusión posibles. Desde Retromobile Paris nos llegan no tan buenas noticias, pero sin duda será un año para disfrutar de eventos y nuestros coches clásicos!
Pero vamos a hablar de este maravilloso Skoda Aerodinámico.
Este automóvil ha ganado premios en el Concours d’Elegance celebrado en el castillo de Bensberg en Alemania, donde se posicionó entre los 40 mejores ejemplares exhibidos, y en la reconocida Techno Classica de Essen. También suele ser un participante habitual en los eventos de autos clásicos de la República Checa. Según los archivos de Skoda, sólo se fabricaron 101 de estos deportivos Rapid OHV , por lo que esta belleza verde en perfectas condiciones de época es un automóvil de gran valor histórico.
Pero este vehículo no pasa todo el tiempo en los opulentos jardines de los palacios o bajo el resplandor de los focos en exhibiciones bajo techo: se siente “como en casa” en los estacionamientos de los supermercados, incluso se usó para transportar un trozador de leña y su recorrido más frecuente es de tres horas, la distancia horaria en auto desde Praga hasta la pintoresca región del sur de Bohemia, donde sus propietarios tienen una casa de campo.
“Manejo este auto porque es el único que tengo”, explica lacónicamente el propietario. “¿Por qué querría otro? Toda mi vida he tomado el tranvía y el tren para ir al trabajo, y conducir un automóvil en Praga es estresante”, sonríe el hombre elegante que apareció vestido con ropa de época para la sesión de fotos. «Adonde quiera que necesite ir, mi Rapid me llevará allí».
La historia inusual de este automóvil comenzó en 1940, cuando se fabricó en la planta de Skoda en Mladá Boleslav. Parece que este auto lo encargó un cliente adinerado, porque el Skoda Rapid OHV era algo especial en su época. Las principales diferencias entre la versión OHV y el Rapid original, un automóvil espacioso y práctico para las clases medias que podían permitirse adquirir un vehículo en la década de 1930, eran la carrocería aerodinámica, que se describió como de aspecto futurista en ese momento, y también un motor más potente.
En lugar del block de válvulas laterales de cuatro cilindros, 1,4 litros de cilindrada y 31 caballos de fuerza, esta versión tenía un motor con válvulas a la cabeza y 1,6 litros que entregaba 42 CV. Con su caja de cambios estándar de tres velocidades, su velocidad máxima era de 110 km/h. Sin embargo, la placa de datos técnicos del ejemplar de Miroslav Strouhal declara una potencia de 46 CV y una velocidad máxima de 120 km/h. En aquellos días, la fábrica podía hacer modificaciones bajo pedido, por lo que, aún sin estar mencionadas en ningún texto o documento de época, los automóviles con estas especificaciones definitivamente se fabricaban “a pedido” en las instalaciones checas.
“Investigué un poco sobre esto. Un conocido encontró en los archivos que algunos autos tenían una mayor potencia, aparentemente eran únicamente para las versiones con carrocerías aerodinámicas o descapotables. Fue una modificación de fábrica, probablemente a partir de mejoras en los sistemas de admisión y escape”, explica el propietario.
El Sr. Strouhal no pensaba en ser un coleccionista cuando compró su Rapid OHV en 1978. Era un automóvil que los dueños anteriores no habían tratado del todo bien. Es más, la escena del automóvil clásico apenas florecía en la Checoslovaquia socialista de la década de 1970. La gente utilizaba los autos viejos simplemente porque había muy bajas posibilidades de conseguir otro vehículo más moderno.
Y eso se aplicaba al Sr. Strouhal: no le sobraba la plata, pero necesitaba y quería algún tipo de movilidad. Y como suele ser costumbre, todo resultó ser por amor. Pero no por amor por los autos clásicos, sino amor por una chica a la que necesitaba ver. Y como tenía prisa, accedió a comprar un auto que no era su primera opción. Quería un Rapid, pero el modelo estándar, del mismo tipo que llegó a tener su padre. Pero ahí fue que apareció un anuncio clasificado de una versión OHV.
“Fue completamente por casualidad que me encontré con este auto. Pero las cosas con la chica iban en serio, así que seguí adelante y lo compré. Aquella señorita se convirtió en mi esposa. Hoy ella es abuela, yo soy abuelo y el auto es un veterano”, cuenta Strouhal con una sonrisa.
No mucho después de que compró el auto, acabó en una zanja mientras lo maniobraba, y todo el frente quedó dañado. Pero el joven y entusiasta propietario no iba a dejar que una chapa abollada lo amedrentara. Sabía que el vehículo necesitaba reparaciones de todos modos y calculó que el trabajo le llevaría cinco períodos de sus vacaciones de verano. Por entonces, se podían encontrar bastantes repuestos en los desarmaderos y, como el técnico capacitado que es, confiaba en que podría hacer el resto. Cuanto más se sumergía en la renovación de su máquina, más piezas quería tener en perfectas condiciones. Al final, su trabajo sobre el automóvil duró 30 largo años.
Una historia romántica convertida en una saga de increíble dedicación y ambición, así como de ingenio y energía ilimitada. “Lo revisé por completo, desde el motor hasta los trenes rodantes y la carrocería. Conservé todo lo que pudiera salvarse, pero también hice nuevos zócalos, refuerzos estructurales y partes de chapa de la carrocería. Incluso hice nuevos cojinetes para los piñones y fundí mi propio sistema de dirección. No salió bien la primera vez y tuve que meter algunas de las piezas en el horno de la casa. Una vez llegó a salpicarse la sopa que se estaba cocinando en la siguiente bandeja”, recuerda entre risas.
La Señora Strouhalová también hizo su parte. “Ella me ayudó en todo lo que pudo, y hoy va conmigo a los eventos de autos clásicos. Ella procura nuestra ropa para asegurarse de que coincida con la época. Una vez incluso ganamos un premio por vestir los atuendos más elegantes».
Pero Strouhal también se dedicó a labores más complejas. El propietario anterior había instalado una caja de cambios de cuatro velocidades para hacer que el automóvil viajara más aliviado, pero hoy el vehículo recuperó la transmisión original de tres velocidades. Incluso cuenta con detalles originales como la persiana ajustable para los cristales traseros y otra persiana accionada por cable en la parte delantera del radiador, implemento que permite que el motor llegue más rápido a la temperatura ideal de funcionamiento en invierno.
Sólo hay algunas piezas no originales en el automóvil: por ejemplo, las luces de giro fácilmente removibles son de la época, pero no venían en este auto. Cuando se fabricó, el automóvil sólo tenía pequeños brazos de aviso de giro sobre los parantes, que son muy fáciles de perder en el ajetreado tráfico de hoy.
“Como utilizo este automóvil para la movilidad cotidiana, también instalé luces diurnas que se colocan discretamente debajo de los faros principales. Y si alguna vez necesito dar marcha atrás por la noche, puedo sacar un reflector con imanes del baúl y colocarlo en el paragolpes”, dice, mencionando algunas características esenciales para sobrevivir hoy.
Incluso puede escuchar música mientras conduce. El primer propietario equipó al Rapid con una radio de válvulas fabricada por la firma Mende, que era lo mejor en ese momento. Todavía funciona, y en el interior perfectamente renovado, la música de las estaciones de radio de onda media suena como un gramófono crepitante en una película en blanco y negro.
Completó su trabajo de renovación en 2010. Puso a cero el odómetro y comenzó a disfrutar de los frutos de su trabajo. En los once años transcurridos desde entonces, ha superado los 25.000 kilómetros en su Skoda Rapid OHV de 1940. Mantiene el auto guardado en el garage durante buena parte del invierno, pero todos los veranos lo saca para conducir hasta su casa de campo en el sur de Bohemia. No se trata de una procesión, sino de un viaje práctico: el espacioso interior está repleto de provisiones para todo el verano. Lo más lejos que ha conducido el vehículo es Suiza, cuando hizo realidad su sueño de viajar a los Alpes.
“Tenemos que ir de compras de vez en cuando. Y una vez incluso transporté un trozador de madera en el automóvil. Cuando la gente de la ferretería vio dónde estaba planeando ponerlo, ¡casi se negaron a ayudar! Tuve que convencerlos y les dije que tenía algunas tablas y mantas en el auto para asegurarme de que nada se dañara”, se ríe el orgulloso propietario.
Cuando conduce el automóvil para la sesión de fotos, está claro que puede manejarlo perfectamente. No tiene miedo de acelerar y seguir el ritmo de los automóviles ocho décadas más jóvenes. Como él dice, no quiere frenar a los demás: un buen conductor es considerado con los demás usuarios del camino. Cuando se fabricó su automóvil, el tráfico era muy diferente al de hoy, por lo que no cuenta con frenos como los automóviles modernos. Y no viaja ligero: su baúl siempre está lleno de pilas de repuestos en el improbable caso de que su automóvil necesite una reparación rápida mientras está en la carretera.
“Además de la rueda de repuesto original, también guardo juntas de tapa de motor, una bobina, bujías, una correa trapezoidal y muchas herramientas en el auto. Llevar repuestos contigo solía ser la norma. Y tengo que aceptar que mi Rapid no es un adolescente. Pero todavía me da mucho placer usarlo, y tengo la sensación de que el auto disfruta estar en las rutas”, concluye Miroslav Strouhal.
Prensa Skoda
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