Espíritu del Jarama ha celebrado durante este fin de semana la mayor cita del motorsport histórico de nuestro país, un evento que además ha contado con multitud de actividades destinadas al disfrute de pequeños y mayores. Más de 25.000 personas asistieron en el mítico trazado madrileño a la exhibición de vehículos de competición de diversas épocas, competiciones y procedencias, algunos de ellos haciendo su debut en España. Pero, sobre todo, fueron testigos de cómo se batía el récord de vuelta rápida del circuito, que desde hoy está en manos del holandés Klaas Zwart quien con un Jaguar R5 de Fórmula 1 de 2004 exMark Webber logró detener el cronómetro en 1’16”994.
Viaje en el tiempo
El Circuito del Jarama, que este año celebra el cincuenta aniversario de su inauguración, volvió a lucir sus mejores galas en dos días repletos de exhibiciones, carreras y actividades destinadas a toda la familia. El velo de la historia cubrió por segundo día consecutivo un paddock en el que los pequeños pudieron aprender a jugar como lo hacían sus padres y abuelos, lanzando al aire diávolos, sintiéndose jinetes en un carrusel o mostrando sus virtudes al volante en un autochoque. También descubrieron la magia del circo gracias a los payasos de la tele, talleres de magia, pintacaras y fiestas de disfraces; y pudieron iniciar sus colecciones de camisetas, maquetas, libros o cualquier objeto relacionado con el motor en el mercadillo de tipo automobilia. Los mayores, por su parte, pudieron aprender nuevas técnicas de baile con exhibiciones y clases de baile de swing y jazz.
Espíritu del Jarama es un evento que pretende traer al presente una manera de vivir las carreras que hace años desapareció, con el público cerca de los boxes, pilotos y coches. Además, pudieron conversar con algunos de los pilotos que siguen siendo ídolos a pesar del paso del tiempo como Emilio de Villota, David Piper, Salvador Cañellas, Antonio Albacete o Miguel Prieto, entre otros.
Uno de los momentos que mayor expectación reunió se produjo con la carrera de las carreras, la prueba de los “100 metros del Jarama – Trofeo 1 Globo, 2 Globos, 3 Globos” donde los futuros pilotos que ahora cuentan con edades comprendidas entre 3 y 8 años compitieron a bordo de coches a pedales por ser los primeros en cruzar la línea de meta. Lo importante aquí no era solo conocer al vencedor, sino ver cómo una quincena de niños se esforzaba por ganar la posición, alguno con dificultades para mantener la línea recta, en el mismo lugar donde hace unos años lo hacían los monoplazas de la Fórmula 1 o las motos del mundial de Motociclismo.
Intensa actividad en la pista
Entre los monoplazas de Fórmula 1 que volvieron a sonar sobre el trazado madrileño se encontraban el Benetton B192-Ford Cosworth (1992) del siete veces campeón Michael Schumacher, o el Arrows A18-Judd (1998) que manejó el británico Damon Hill un año después de proclamarse campeón de la Fórmula 1, aunque a algunos aficionados gustó más contemplar al Lyncar 006 con el que debutó en Fórmula 1 Emilio de Villota en 1976 o el Minardi M186 que condujo Adrián Campos en 1987, unos vehículos que hacían madrugar y pegaban a la televisión a los seguidores de esta competición cuando apenas contábamos con pilotos al máximo nivel.
También se pudieron ver vehículos de categoría Indycar, Superleague Fórmula, GT, Sport-Prototipos y Turismos, en una curiosa caravana que mezclaba todo tipo de mecánicas, carrocerías, épocas y procedencias. Más peculiar resultó ver algunos de los mejores representantes del Grupo B del mundial de Rallyes, la época dorada de esta modalidad, o algunos de nuestros mejores coches que han participado en el Dakar.
Una de las novedades este año fue la presencia de las motos de gran premio. Más de 40 unidades que vistas con los ojos de hoy parecen rudimentarias pero que mantienen un increíble rugir de sus motores, son capaces de alcanzar altas velocidades y de trazar curvas como si fuera el primer día. Por la bajada de Bugatti o en las curvas de LeMans se pudieron ver de nuevo a la Yamaha YZ 634A (1972) con la que la firma nipona cosechó su primera victoria en la categoría de 500cc, la Kobas-Rotax 250 (1984) con la que Sito Pons ganó en el Jarama en 1984; la Suzuki RGV500 (1993) de Kevin Schwantz o la Suzuki XR14 500 (1975) de Barry Sheene. Especial fue el reencuentro con la pista del piloto Hervé Guilleux y su Kawasaki KR 250, ganadores del G.P. de 250cc de 1983.
Jesús Pozo, máximo responsable de Escudería Targa Iberia, organizadora del evento, comentó que “este cambio de orientación, al presentar un auténtico festival de la velocidad con máquinas de todo tipo, ha demostrado tener futuro. Además, la introducción de las motos de GP y la gran cantidad de actividades para todas las edades nos ha permitido una asistencia magnífica, con muchas familias al completo y la realidad palpable de que conseguimos crear más aficionados, los que nos indica que vamos por el buen camino”.
Texto: JAS
Fotos: Sergio Calleja - Sport Classic Car
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