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El evento volvió a suscitar la atención de cientos de personas que no se quisieron perder el paso de los vehículos de época.
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Esta edición será recordada por las imágenes inéditas de la caravana junto al monumento a Colón.
El pasado domingo 6 de abril el Rally Internacional de Coches de Época Barcelona-Sitges celebró su 67ª edición. Atrás quedaron meses de preparación por parte de los participantes, muchos de los cuales tienen señalado en rojo el fin de semana en que se organiza este evento único.
Un año más, el Rally representaba para la mayoría de los inscritos la mejor oportunidad para sacar a relucir sus joyas históricas sobre ruedas. La incertidumbre que había generado la climatología las jornadas anteriores quedó totalmente despejada por la mañana, gracias a un sol radiante que anunciaba un día prácticamente de playa.
Pocos minutos de las 10:30 la organización daba el aviso para que los conductores pusieran en marcha sus vehículos, que iniciaron la ruta puntualmente a esa hora, tras la bajada de bandera por parte del concejal de Cultura e Industrias Creativas del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marcé, y de la alcaldesa de Sitges, Aurora Carbonell.
Antigüedad en aumento
De los 76 automóviles inscritos (más 11 motos), casi tres de cada cuatro superaba el siglo de antigüedad, una tendencia que se prevé que vaya en aumento, teniendo en cuenta que para participar oficialmente en el Rally los coches clásicos tienen que haberse fabricado como muy tarde en 1928 (año 1938 en el caso de las motos).
Especialmente notorio fue el reencuentro con el Ford T de 1927 propiedad de Santiago Peribañez, una unidad con matrícula de Zaragoza que tomó parte de la primera edición del Rally, celebrada en 1959. También llamaron la atención los dos coches que aportó Škoda, patrocinador de la prueba: un Laurin & Klement de 1926 y un Škoda 645 que, por ser de 1930, se sumó a la caravana pero fuera de concurso.
Como modelo más antiguo de todos los inscritos, el Renault Type G de 1901, propiedad de Cèsar Pau Alentorn, volvía a tener el privilegio de salir en primer lugar de la plaza Sant Jaume de Barcelona, tal y como sucedió el año pasado.
Lo hizo en dirección hacia la calle Jaume I, en lugar de hacerlo por la calle Ferran para enlazar con La Rambla y plaza Catalunya, el camino tradicional. Las obras que se están realizando en el frecuentado paseo barcelonés obligaron a hacer un cambio en el itinerario del Rally, que por primera vez en su historia se dirigió hacia Vía Layetana para pasar junto al monumento a Colón.
La prueba discurrió sin incidentes para la gran mayoría de los vehículos clásicos. En caso de encontrar alguna dificultad, la organización contaba con el apoyo de los miembros del Ribes Motor Club, que fueron acompañando en moto en todo momento a la caravana para socorrer a los participantes y, de ser necesario, esperar a la llegada de las grúas que el RACC puso a disposición de la organización para remolcarlos y llegar hasta Sitges.
Allí les aguardaban cientos de personas, que estuvieron disfrutando de las actividades organizadas en las carpas de Heineken 0.0 y Škoda para amenizar la espera hasta la llegada de los vehículos.
Prensa Rally
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